Barcelona, 25 de setiembre del 2018.- La industria de la automoción vivirá próximamente la mayor revolución desde su nacimiento. La electrificación del parque de automóviles, la conducción autónoma, la concepción del coche como un servicio y no como un objeto patrimonial de consumo, son sólo algunas de las gestiones del cambio más profundas.
El servicio del alquiler del automóvil también registrará su particular transformación dentro de la nueva movilidad urbana. Por esta razón, publicamos hoy la reflexión premonitorio de un experto en este mercado, leída en la revista Fleet People.
Autor: José Luis Criado, ex Director Internacional de LeasePlan y Fundador Mobility Consultants
Fuente: Publicado en Fleet People
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Posiblemente, uno de los éxitos clave de las compañías de renting es haberse posicionado como aglutinadores de los servicios externos a las flotas de sus clientes. Esto no ha sido un logro fácil ni rápido. De hecho, la lucha nunca se ha acabado y mantener ese papel requiere un esfuerzo constante, donde los resultados son muy diversos según la compañía y según el mercado. Hoy en día, ese desafío está en un nuevo pico.
En Europa, el leasing financiero de flotas nació casi 20 años antes que el leasing operativo (renting) y ese fue el mercado del que se alimentaron los primeros operadores de renting, para eventualmente adelantarlo y superarlo con éxito.
El primer nivel de consolidación se produjo a finales de los 60 y principios de los 70 con la introducción de un valor residual más alto, que reflejaba el valor estimado de venta del vehículo al final del contrato. Esto se convirtió en la característica definitoria del producto. Inmediatamente le siguió la inclusión de los costos de mantenimiento y reparación como servicio. Lógicamente, si la compañía de renting asumía el riesgo de la venta del vehículo al final del contrato, el control del estado del coche era una necesidad obvia.
A esto le siguieron rápidamente otros servicios, como el impuesto de circulación, neumáticos, seguros, combustible, vehículo de sustitución, peajes, multas y más… Sin embargo, este nivel de consolidación de servicios no es uniforme. En algunos casos, debido a la regulación de los mercados locales y en otros, por la estrategia comercial de las diferentes compañías de renting. Por ejemplo, en el Reino Unido y Estados Unidos, el seguro, generalmente no es parte del producto, mientras que en el centro y el sur de Europa la penetración del seguro es muy alta.
Gestión de flota
Otro ejemplo, que sucedió con el cambio de siglo, es que algunos clientes de flotas, buscando una reducción de costes, pasaron de una política de proveedor único a otra de múltiples proveedores. Esto llevó a la aparición de compañías de gestión de flotas que intentaron ser el consolidador (intermediarios) de las empresas de renting. Durante este proceso, las compañías de renting reaccionaron de forma diferente. Algunas aceptaron reducir el contacto con sus clientes y ser «consolidados» mientras que otras rechazaron el modelo, incluso asumiendo el riesgo de perder clientes. El desarrollo de esta iniciativa ha sido escaso y en general se limita a una gestión de subastas y una consolidación parcial de informes.
En los últimos años, debido al desarrollo tecnológico, y también debido a la reglamentación, el concepto de movilidad está experimentando cambios importantes y están surgiendo toda clase de nuevos servicios para flotas. Este es un reto que las empresas de renting tienen que decidir cómo abordar, para mantener la posición de proveedor principal, o convertirse en proveedores de otro consolidador.
La telemática y el uso inteligente de los datos de movilidad es un área en la que las empresas de renting encuentran una competencia dura. ¿Se convertirán las empresas de datos en proveedores de empresas de renting o al revés?
Los clientes probablemente elijan como proveedor principal al que pueda ayudarlos mejor en el control y la reducción de costes. La utilización inteligente de los datos es ya una herramienta poderosa y se convertirá en uno de los principales campos de batalla.
Movilidad multimodal
Pero los cambios no están relacionados sólo con los datos. Cada vez más, la movilidad se está convirtiendo en multimodal. Un conductor de un coche de renting podría necesitar alquilar un vehículo eléctrico para acceder al centro de la ciudad. O alquilar un taxi, Uber o equivalente. O encontrar aparcamiento. O usar el transporte público. ¿Podrán acceder a esos servicios a través de la aplicación de la compañía de renting?, ¿o será alguien más quien ofrecerá esos servicios?
Cada vez más empresas están considerando, no sólo la movilidad laboral de sus empleados, sino también su movilidad privada. ¿Cómo van a trabajar y vuelven a casa? Los clientes cada vez exigen más la promoción del ‘car pooling’ entre empleados e incluso entre empleados de empresas vecinas. Alguien tiene que facilitarlo y controlarlo.
Para hacer esto aún más interesante, estos acontecimientos coinciden con un gran crecimiento del renting entre las pequeñas empresas y los particulares de toda Europa. ¿Es una coincidencia? Seguramente no. Y no está sólo impulsado por la fiscalidad. El renting es un primer paso entre el concepto de propiedad y el pago por uso.
A medida que la movilidad se vuelve más multimodal, la comodidad y conveniencia se valoran más. Todos los conductores, tanto de empresas como privados valoran el acceso a los servicios de la forma más sencilla posible. Y cuando el cliente y el conductor son los mismos, más aún.
Ser el consolidador o ser consolidado
En los últimos meses he tenido la oportunidad de proponer y facilitar este debate entre directivos de empresas de renting y, en mi opinión, es una discusión estratégica que todas las empresas debieran tener. ¿Queremos posicionarnos como los principales proveedores de movilidad de los clientes? ¿o queremos ser proveedores de servicios de alquiler y permitir que alguien más sea el proveedor principal?
Mi elección personal sería sugerir que se apunte a ser el proveedor principal. Así, todos los servicios de movilidad se integrarían en una plataforma de la compañía de renting y se incluirían en la factura de la empresa renting.
Pero esta podría no ser la decisión correcta en todos los casos. El grado de consolidación podría variar de una empresa a otra por diversas razones. Sea cual sea el camino que se escoja, el cambio continuará y la industria evolucionará.
Si el lector es el gerente de una compañía de renting, la única sugerencia que me siento seguro de hacer, es que donde sea que se encuentre tu compañía en unos años, debe ser porque tú lo elegiste y no porque «te pasó».
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