Barcelona, 11 de enero del 2021.- La conducción de nuestro coche sobre placas de hielo o nieve será algo cotidiano estos días en cualquier municipio de la península. Periodismo del Motor ha elaborado las siguiente claves para conducir nuestro automóviles en un repentino temporal de hielo y nieve:
Lo primero que debemos tener en cuenta es que la falta de experiencia en estas situaciones nos puede jugar una mala pasada, pero sobre todo si dejamos que los nervios dominen nuestros actos ya que, sobre nieve, cualquier maniobra brusca puede provocar la pérdida del control de nuestro coche. Ser capaces de mantener la calma, conducir suavemente, en especial a lo referente a la dirección, al acelerador y al freno, y poder anticiparse a cada movimientojugarán un papel fundamental en la conducción sobre nieve.
La brusquedad con la dirección, el acelerador o el freno puede ocasionar deslizamientos, inestabilidad en el vehículo y una conducción insegura. Una de las causas más comunes por la que se pierde el control del vehículo por sub-viraje es girar el volante en exceso, sobre todo en los vehículos con tracción delantera. En el caso de tratarse de un vehículo con tracción trasera, ser tosco con el acelerador puede provocar sobre-viraje.
Para emprender la marcha sobre nieve con nuestro vehículo -en el caso de ser manual- debemos realizarla en segunda velocidad la cual, al tener menor potencia desde un régimen bajo de revoluciones, evitará que nuestro coche patine y no podamos movernos. En el caso de frenar, debemos buscar tramos rectos donde realizar la frenada, ya que en curva los neumáticos se encuentran en una superficie de baja adherencia. Aunque es preferible que siempre que la situación nos lo permita y no pongamos en riesgo nuestra seguridad y la de los demás usuarios de la vía, utilicemos el motor para frenar.
En caso de encontrarnos hielo, tenemos que reducir la velocidad del vehículo hasta una velocidad de paso de hombre, pero evitando utilizar los frenos siempre que sea posible. En caso de circular por una carretera con mucha nieve, debemos evitar recorrerla por las marcas que ha dejado otro coche a su paso, ya que la nieve ha podido derretirse en los surcos y haberse convertido en hielo.
Si nos quedamos inmovilizados o nos hemos salido de la calzada, debemos asegurarnos de que la nieve que se encuentre bajo el suelo del vehículo no impide que las ruedas toquen el suelo. En el caso de que fuera así, debemos vaciar toda la nieve posible para que las ruedas se apoyen, y para salir, siempre puede ayudar balancear el coche ligeramente hacia delante y hacia atrás. Pero ante todo, conocer los sistemas de ayuda a la conducción o de seguridad como el ABS o el ESC -sistema de control de estabilidad- puede ayudarnos a evitar este tipo de situaciones.
Finalmente, es aconsejable realizar siempre el mantenimiento del vehículo aconsejado por el fabricante, revisarlo y utilizar neumáticos adecuados. En el caso de los neumáticos, si no disponemos de neumáticos de invierno o mixtos, debemos incluir un juego de cadenas adecuadas a nuestro tipo de rueda, muy aconsejables cuando recorremos pendientes.
¿Mi seguro qué daños cubre de un temporal de nieve?
El periódico ABC ha contestado a esta pregunta. Según este diario, una vez que las máquinas quitanieve hagan las calles y carreteras transitables será la hora de intentar recuperar esos vehículos, y de evaluar los daños causados. Por eso es muy importante estudiar la modalidad del seguro del automóvil que tenemos suscrita, e incluso la comoañía, porque no todas ofrecen las mismas coberturas.
Siniestros habituales como la caída de un árbol sobre un coche aparcado o los causados por el desprendimiento de rocas en una zona de riesgo no son responsabilidad de las aseguradoras, sino del Consorcio de Compensación de Seguros, al igual que otros riesgos extraordinarios como las inundaciones, las tempestades ciclónicas atípicas, los terremotos y los maremotos.
Excepto los daños causados por el granizo, que poco a poco está formando parte de las coberturas de las principales compañías aseguradoras, los daños en el coche debido a fenómenos meteorológicos no están cubiertos por el seguro del coche, aunque este sea a todo riesgo.
Si únicamente contamos con la cobertura obligatoria (seguro a terceros) el vehículo no estará cubierto ante ningún fenómeno natural, a no ser que incluya, al menos, una cobertura de daños propios –robo, lunas o incendio– o que se haya contratado una ampliación en la póliza para incluir este tipo de daños.
Un seguro a todo riesgo incluye, además de los daños a terceros, los provocados al vehículo propio, y con él, un conductor está automáticamente asegurado por el Consorcio de Compensación de Seguro, el cual se hará responsable de riesgos extraordinarios como inundaciones y vientos de rachas superiores a 120 km/h, entre otros. Lo que no incluye el Consorcio es el granizo, la lluvia directa, el peso de la nieve ni los vientos inferiores a 120 Km/h, por lo que la responsable de la indemnización será la aseguradora siempre que la póliza incluya una cobertura contra daños meteorológicos.
Desde el 1 de julio de 2016, todos los coches asegurados con una póliza de seguro de responsabilidad civil de automóviles en España pasan a estar cubiertos por el CCS (Consorcio de Compensación de Seguros) por los daños materiales producidos por riesgos extraordinarios, aún cuando carecieran de cobertura de daños propios. El Consorcio es un organismo estatal al que va destinada una parte del dinero de las pólizas suscritas.
La comunicación de daños materiales y solicitud de indemnización habrá de efectuarse lo antes posible, bien mediante llamada telefónica o bien on-line, a través de la web del Consorcio de Compensación de Seguros.
La solicitud de la indemnización al Consorcio, tanto en el caso de daños personales como materiales, se puede presentar directamente por el propio asegurado, por el tomador o por sus respectivos representantes, o bien a través de la entidad aseguradora con la que se contrató la póliza o del agente o corredor de seguros que intervino en su contratación.
En el caso de solicitar indemnización por daños materiales, la forma más rápida y sencilla es presentar la solicitud por una de las siguientes vías: por teléfono, llamando al 902 222 665 o bien on-line, desde la propia página web del Consorcio de Compensación de seguros.
También se puede hacer mediante un escrito dirigido a la Delegación Regional del Consorcio correspondiente (según el lugar de ocurrencia de los daños), rellenando la «Hoja de Comunicación de Daños» y enviando la documentación necesaria. No obstante este método supone que su tramitación no podrá ser tan rápida como en el caso de las vías telefónica e internet, ya que en estas dos últimas el registro de la solicitud y la asignación de la misma a perito tasador de daños son procesos automatizados.
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