Barcelona, 28 de octubre del 2021.- Autofácil ha publicado una iniciativa tecnológica en Francia a través de una nueva serie de radares que monitorizan el ruido de los vehículos. En concreto, tras una serie de pruebas, la capital francesa ya cuenta con estos radares, los cuales se encargan de multan a los vehículos más ruidosos con sanciones de más de 100 euros.
Como te contamos hace unos meses, la velocidad excesiva no es el único enemigo de los radares. Otros aspectos como la polución y la contaminación acústica también estaban en el punto de mira de los diferentes organismos de tráfico europeos. Así las cosas, países como Francia, a través de diferentes pruebas, ya han confirmado el uso de este último tipo de cinemómetros.
Tras varios ensayos con éxito en Nantes, París ya cuenta con los mencionados radares de ruido. Denominados Medusa, este dispositivo se encarga de medir el ruido y de multar a aquellos vehículos que han superado el límite.
Según fuentes del organismo de tráfico galo, los radares Medusa han sido instalados en los barrios XVII y XX de París, aunque estos dispositivos mantendrán su fase de pruebas hasta 2022. Sin embargo, la labor de los cinemómetros Medusa será meramente informativa hasta finales del año que viene, o bien, 2023. La capital francesa es solo la punta de lanza para estos radares, pues está previsto que se extiendan a otras ciudades como Niza, la propia Nantes, Toulouse o Bron.
¿Llegarán a España los radares de ruido?
Según señala Autofácil, como bien han señalado las autoridades francesas, estos radares Medusa quieren acabar con una práctica muy habitual en el país vecino, como es el caso de instalar sistemas de escape no homologados, o, directamente, montar escape libre. La tenencia de uno de estos elementos está penada en su reglamento de circulación de 135 euros.
En nuestro país no existen este tipo de radares todavía, por lo que es tarea del agente identificar aquellos vehículos con un ruido excesivo, en cuyo caso podrá multar con 90 euros en los supuestos en los que la música está a volúmenes por encima de los permitidos y hasta los 300 euros por llevar instalado un resonador en un sistema de escape. De demostrar el éxito (que seguro que tendrá) en el país vecino, no es de extrañar que España copie esta idea para acabar con el ruido excesivo de los vehículos.