Barcelona, 2 de junio del 2022.- La revista Car & Driver ha publicado un reportaje sobre las consecuencias de la implantación de las Zonas de Bajas Emisiones (ZBE) en las ciudades. Las conocidas como Zonas de Bajas Emisiones (ZBE) son cada vez más habituales en las ciudades, si bien desde varias organizaciones ecologistas y especializadas en movilidad piden planes más ambiciosos. Hay que recordar que de acuerdo con la Ley de Cambio Climático, serán obligatorias en 150 municipios antes del 1 de enero de 2023.
La última propuesta en este sentido procede de ECODES, Ecologistas en Acción, Fundación Renovables, Greenpeace y Transport & Environment que han presentado una serie de alegaciones al Real Decreto que regulará las Zonas de Bajas Emisiones y que depende del Ministerio de Transición Ecológica (MITECO).
Estos organismos demandan que los ayuntamientos no se vean forzados a asumir en sus ZBE “el obsoleto e ineficaz sistema actual de etiquetas de la DGT, un sistema de clasificación de los vehículos en virtud de sus emisiones considerado fallido tras la negativa del Gobierno a revisar dichos distintivos ante las presiones de la industria del motor”, aseguran.
Estas organizaciones denuncian que los distintivos de la DGT no incluyen las emisiones reales de CO2. Por ejemplo, la etiqueta ECO agrupa a los vehículos de gas, algo que provocará, a su juicio, que sea “imposible lograr una reducción de emisiones alineada con el Acuerdo de París”.
En ese sentido abogan porque se señalicen las ZBE de forma clara y reconocible en sus puntos de acceso, pero con una nueva clasificación de distintivos ambientales que incorpore, por un lado el umbral de emisiones de CO2 que emiten los vehículos, de manera que para cada categoría se han de cumplir tanto los requisitos de norma Euro correspondientes como un determinado tope de emisiones de CO2 (medidos bajo estándar WLTP).
De esta forma, aseguran, a su función de clasificar contaminantes locales se suma la de limitar las emisiones de gases de efecto invernadero, función fundamental encomendada a las ZBE.
Estas organizaciones ponen como ejemplo las ciudades de Pontevedra, Logroño o Vitoria-Gasteiz. que no han utilizado para regular el acceso el “desfasado sistema actual de etiquetas ambientales de la DGT” que sí prevé el proyecto de Real Decreto del MITECO.
Por ello, las entidades ecologistas exigen que la implantación de las ZBE no se quede en un mero “plan renove” para incentivar la compra de coches nuevos (el objetivo de la industria creen) sino que tienen que servir para reducir el número de desplazamientos en coches convencionales al menos en un 35%, tal y como recoge el PNIEC.
Aunque desde Ministerio se destaca que el papel de las ZBE es reducir la contaminación atmosférica, el ruido y las emisiones de gases de efecto invernadero, para las entidades ecologistas deben servir también para la recuperación del espacio público que por ejemplo se pueden transformar en zonas verdes.
Por último, aunque el borrador del Real Decreto exige revisar los proyectos de ZBE a los cuatro años, proponen que se haga cada uno o dos años como máximo, para asegurar que las restricciones al tráfico están cumpliendo los objetivos marcados para 2030.