Barcelona, 15 de setiembre del 2022.- La Ministra de Transportes los ha recordado esta semana y sólo queda fijar una fecha para su activación, a partir del 2024. La revista Car & Driver ha dado más detalles:
El tema de peajes sí o peajes no, es recurrente y según el Gobierno se justifica como respuesta a las necesidades de financiación dado que el déficit público va en incremento y desde Europa piden un mayor control para poder optar a los fondos de ayuda. De hecho, solo el mantenimiento de las carreteras ya en uso supone un gasto que deja poco margen para la obra nueva.
En este contexto, según informaciones recientes, 2024 es la fecha elegida por el Gobierno para la entrada en vigor de nuevos peajes de acuerdo al compromiso que recibió Bruselas por parte del Ejecutivo para recibir a cambios fondos europeos valorados en 70.000 millones de euros.
Según publica Europa Press, el Ministerio de Transportes, a través de la Dirección General de Carreteras, esta elaborando diferentes informes para estudiar “un nuevo sistema de financiación de las carreteras”.
Lo cierto es que debido a la crisis económica y lo impopular de la media los rumores han sido continuos sin que por el momento exista una información objetiva y clara al respecto. Ya en el mes de junio la Ministra del ramo, Raquel Sánchez, descartó por el momento abrir un debate al respecto. Tan solo confirmó que se aplicará esta media pero que por el momento se están elaborando estudios para consensuar cómo se hará.
Ante estas necesidades de financiación el Gobierno estudia diferentes modelos de gestión de pago para las autovías, hasta ahora libres, algo que ya ocurre en otros países de Europa como, por ejemplo, en Austria. Se trata de una tarifa plana que da acceso a ciertas carreteras de forma ilimitada. Los vehículos que pagan cuentan con una pegatina identificativa, tipo la de la ITV, y su matrícula está inscrita en una base de datos.
Lo que sí parece confirmado es que estos nuevos peajes no serán como los actuales. Es decir no habrá barreras, como por ejemplo ocurre desde hace años en Portugal, sino un sistema de vigilancia telemático mediante cámaras lectoras de matrículas situadas en postes. Con esta tecnología se ahorran costes y se mejora la fluidez del tráfico dado que los vehículos no tienen que detenerse.
En lo referente al precio que tendría, según publica El Economista, sería de 1 céntimo por kilómetro y se implantaría en primera lugar en la A-66, A-4 y A-2, A-6 y A-8. También parece confirmada la existencia de abonos para determinados colectivos que las utilicen de forma regular. De esta forma se cobraría por trayectos que abarcan Gijón y Sevilla, Madrid y Sevilla, Madrid y Barcelona, Madrid y A Coruña y Vizcaya y Lugo, por ejemplo.
Asimismo, una opción que cobra fuerza, según Voz Populi, es que el Gobierno planea crear una empresa pública para gestionar las nuevas autovías de peaje, algo similar a lo que ocurre en los aeropuertos con Aena. Este organismo dependería del Ministerio de Transporte, Movilidad y Agenda Urbana, Mitma, a través de la Sociedad Estatal de Infraestructuras del Transporte Terrestre (SEITT).
Sí parece descartado, según este medio, es recurrir a un modelo privado tipo concesión mediante empresas como ACS o Ferrovial, con el fin de evitar la controversia entre los ciudadanos al entregar la gestión a empresas privadas tipo Ferrovial o ACS.
Lo cierto es que a día de hoy solo el 8% de la red de carreteras es de pago, una cifra que ha ido a la baja tras el fin de algunas concesiones que se han producido en 2020 y 2021.