Barcelona, 16 de febrero del 2022.- Hypertextual ha publicado un reportaje sobre la capacidad de la infraestructura europea para la carga de los vehículos eléctricos. Estas son las conclusiones:
Para 2035 se espera que el mercado de coches eléctricos supere los 130 millones circulando calles y carreteras europeas. Actualmente es de apenas 3,3 millones. Pero la red eléctrica se mantendrá estable y “puede soportar la transición”. Eso sí, explica el estudio “una vez que se lleguen a los 65 millones de coches eléctricos circulando por el continente, hay que hacer una planeación de la red para proveer picos y mantener una buena experiencia de uso”.
“Construir una red de carga sin planeación puede llevar a congestiones”. Para evitarlo, el estudio recomienda “la implementación de interfaces digitales que se encarguen de la administración inteligente de potencias y así evitar presión innecesaria”. Además, por medio de algoritmos, aprovechar al máximo la utilización de energía verde.
“La inversión y el diseño hoy tendrá un impacto muy grande en el futuro”, explica el estudio. El despliegue de redes inteligentes es fundamental para otorgar información a los operadores. Con todos esos datos es posible balancear la red, analizar el uso actual y planear necesidades del maña.
La innovación a nivel red es tan importante como encontrar la mayor conveniencia posible para el consumidor. Si ambas cosas no están alineadas, el precio promedio de la inversión puede aumentar y de paso destruir la relación de confianza entre los propietarios de coches eléctricos y proveedores de servicio. Esto, según el estudio puede poner en peligro el futuro y la efectividad de la movilidad eléctrica.
El estudio recuerda que en la actualidad hay 374.000 puntos de carga públicos en Europa. Para 2035, con 135.000 coches circulando por el continente se necesitarán unos 65 millones de cargadores.
- 9 millones deben ser públicos (carga rápida)
- 56 millones deben residenciales (carga lenta)
También recuerdan que el despliegue en la actualidad es irregular. Diez países europeos tienen menos de un cargador cada 100 kilómetros de carretera. Mientras que Francia, Italia, Alemania, Reino Unido y Holanda significan el 65% del total de la instalación de puntos de recarga.
El estudio determina que esta disparidad en el despliegue de la red de recarga eléctrica está poniendo en peligro la visión de la transición a una movilidad eléctrica real. Además que, a nivel regional, también se pueden ver diferencias inmensas entre la instalación en ciudades grandes versus áreas rurales. Incluso hacen énfasis en el problema al que se enfrentan propietarios sin su propia plaza de parking.
La buena noticia es que durante 2021 la red de recarga eléctrica creció un 41% a lo largo de todo Europa. “Es rápido, pero no lo suficiente”, explican. El mercado, por si solo es insuficiente para mantener el ritmo de implementación de la red de recarga eléctrica. Hará falta que los gobiernos hagan presión y la regulación incentive la instalación y activación de infraestructura para la movilidad eléctrica.
La demanda de electricidad total en Europa crecerá en aproximadamente 1,8% anual hasta 2030, según el estudio de EY-Eurelectric. Se espera que la demanda industrial y doméstica aumente, pero la más importante será el transporte.
También esperan que la cuota de mercado de coches eléctricos aumente un 11% anual, agregando unos 200 TWh para finales de la década. Actualmente es del 9% a nivel global. Se calcula que los picos de carga aumenten entre un 21% y 90%. Se espera que en autopistas, donde se instalan cargadores rápidos y ultrarrápidos, la carga aumente un 86%.
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